A muchos de mis recuerdos
que a mi ceño arriban
cabida no daré
y algunos
por sus lamentos
deportados morirán.
Si en varias vidas se amontonan
guardaré genuinos
en cambio, con los colados
con los cara de velorio
tres o cuatro huidos
de las noches que soñar no pude
nada haré porque les temo.
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